Todos los años, formo parte de un evento que llena mi corazón de alegría: OPERACIÓN SONRISA Panamá. Como cirujana plástica, tengo el privilegio de ser parte de un equipo dedicado a devolver la sonrisa a niños con labio leporino.

Cada vez que entro en el quirófano, fusiono mi pasión por la cirugía plástica con mi vocación de servir a los demás. Mi objetivo es dar lo mejor de mí misma para cambiar vidas y regalarles a estos valientes niños la oportunidad de sonreír con confianza.

OPERACIÓN SONRISA no solo transforma rostros, sino que también crea conexiones profundas entre pacientes, familias y nuestro equipo de voluntarios. Es un recordatorio constante de la importancia de la solidaridad y el poder de la humanidad.

A medida que continuamos este viaje, mi compromiso de marcar la diferencia en las vidas de estos niños solo crece. Y mientras veo esas sonrisas brillar en sus rostros, sé que estamos en el camino correcto. Juntos, estamos haciendo del mundo un lugar más brillante, una sonrisa a la vez.